Mis raptos de locura suelen ser pretenciosos.
Comprendo que moleste mi cálida obsesión.
Por suerte duran poco, minutos tan ardientes
despojos de tu cuerpo cayendo a mi merced.
Pedir perdón no quiero, en realidad no puedo.
Quisiera amarte menos, quisiera yo poder.
No es que me justifique, no puedo controlarlo
despiertas en mi, instintos que sufres combatir.
La culpa es toda tuya por ser tan exquisito
prendiste en llamaradas mi fértil corazón.
Ahora no hay excusas, ahorremos las palabras.
Vení pronto a la cama, te quiero desvestir.
HUMO